La situación de la violencia en El Salvador ha llegado a su máximo apogeo

La fecha del 20 de junio del 2010 ,es una fecha imborrable para las mentes y los corazones de el pueblo salvadoreño que ha sufrido con el transcurso de los años asesinatos ,vejaciones y , violaciones a sus derechos humanos como lo es el derecho propio a la vida.


Mientras algunos partidos políticos siguen preocupándose por cómo seguir manejando el poder con campañas electoreras anticipadas y teniendo disputas por cuestiones sin razón , el pueblo sigue comiéndose al pueblo y la violencia sigue incrementándose sin encontrar una solución efectiva que pare tanto luto en El Salvador.


Pero que es lo que quiere esta nación? Se requieren cambios reales para dejar atrás esa manera de tratar suavemente a los criminales y dejar impunes a tantas personas sin aplicarles castigos con el verdadero rigor.


El silencio emitido por los defensores de los derechos humanos a lo largo de los tiempo hace ver estas actitudes como protectoras de los asesinos e inactivas ante el sufrimiento de los inocentes, defendiendo a personas que se dan el lujo de cometer cualquier tipo de delito y a la hora que sea, no es está señalando totalmente a estos representantes , sino que se insta a que actúen en defensa de los derechos de las personas que salen a trabajar cada día, haciendo honor al nombre que ostentan.


La policía nacional está intentando llevar a cabo sus acciones, pero se requiere más operatividad más vigilancia, es cierto que no es un deber que dependa solamente de ellos y que es complicado mantener tantos agentes distribuidos alrededor de el país , sin embargo se deben realizar esfuerzos por proteger a la población y que esta vea su verdadero trabajo materializado en seguridad y tranquilidad.


Con respecto a la pena de muerte, esta es una medida un tanto desesperada que están tomando algunos partidos para verse como los salvadores, pero muerte genera más muerte y al matar a las personas con apariencia de mareros, se está continuando con los antiguos planes de seguridad propuestos por la antigua administración, sin conocer a ciencia ciertas quienes son los verdaderos culpables.


Lo mencionado en el comunicado del presidente Funes de que fue un plan para desestabilizar el gobierno y que la población no debe dejarse manejar por los medios tiene su razón , pero ante los ojos de muchos espectadores , se debe buscar un cambio notable como lo sería el desarme de la población civil y la colaboración de todas las personas para erradicar estos problemas y unirse a los esfuerzos del gobierno apoyándolo para combatir esta situación en vez de buscar reelegirse para el próximo período electoral.


Medidas pertinentes que se pueden tomar:

Mandar a un agente policial a tomar vigilancia de las unidades de transporte así como también a las pasarelas o lugares solitarios propensos para realizar crímenes.


Realizar una campaña masiva de desarme y revisión de armas a todas las personas en los establecimientos incluyendo las unidades de transporte y conseguir instrumentos para detectar las armas, aunque esto constituya un nuevo gasto debe considerarse como una inversión y dejar de despilfarrar el presupuesto en cosas improductivas.


Realizar esfuerzos y cooperación entre el gobierno y los partidos políticos para unirse y buscar soluciones ambos para estos problemas en vez de estarse pasando la bola.


En conclusión se debe empezar a tomar cartas y realizar acciones funcionalistas en el que todos seamos interdependientes y luchemos para combatir la delincuencia en este tan desangrado país.


Aricela García

Miembro de las Juventudes Socialdemocratas de El Salvador

COMUNICADO A LA NACIÓN ANTE LA INSOSTENIBLE SITUACIÓN DE VIOLENCIA

Consideramos que:

La actual situación de violencia ha puesto de manifiesto que de continuar el repunte de crueldad, complejidad y cantidad de actos delictivos, sin que desde el Estado comience a ponerse un freno, El Salvador estaría cada vez más cerca de convertirse en un Estado fallido.

Cualquier decisión que se tome para enfrentar esta situación debe gozar de un consenso entre las principales fuerzas vivas del país, ya que su éxito dependerá fundamentalmente del grado de implicación y unidad que adopten los actores políticos alrededor de estas medidas.

Todos los actores del Estado, especialmente los partidos políticos, deben tomar acciones en conjunto, intentando dejar atrás el protagonismo con fines electorales.

Ante una situación tan apabullante, nadie puede erigirse ni pretender aparecer como el paladín de la sabiduría ni de las recetas mágicas para solucionar el grave problema de seguridad pública que enfrentamos, por lo que la sabiduría de cualquier decisión se encontrará principalmente en el grado de consenso que ésta logre.

Ni los excesivos mano durismos ni garantismos podrán sacarnos de esta situación, ya que ninguna realidad dinámica y compleja puede ser cambiada desde posiciones ideológicas petrificadas, que buscan revestirse de una coraza de falso cientifismo o exacerbado pragmatismo.

Por lo tanto:

Apoyamos la medida de tipificar (criminalizar) la pertenencia a la mara y sus expresiones de identidad. La mara no es una organización que busque fines lícitos ni legítimos. La pertenencia a este tipo de organización no tiene ningún otro objetivo que no sea el de controlar, amedrentar y aterrorizar a la población salvadoreña en sus comunidades.

Exhortamos a que se inicie urgentemente una campaña de desarme de la sociedad civil, dejando que las armas de fuego se encuentren bajo el monopolio de las instituciones del Estado, y que las empresas de seguridad privada se encuentren debidamente controladas y reguladas por éste. El despliegue del Ejército debe servir, entre otras cosas, para ejecutar un plan de absorción de armas de fuegos en manos de las redes criminales.

Proponemos que la actividad de los reos en los centros penitenciarios sea regulada de manera más estricta, y que los fines de socialización de la pena sean aplicados bajo las medidas de restricción que sean necesarias para no permitir que las penitenciarías se vuelvan centros de mando y operación logística del crimen organizado.

Exigimos que se enfrente al narcotráfico y los delitos de cuello blanco con el mismo ahínco que a las maras, desmantelando las rutas territoriales e institucionales que les permiten vincularse con las pandillas, y que los convierte en parte de una compleja madeja de barbarie y desprecio total por la vida y la dignidad humana.


Miembro de las Juventudes Socialdemocratas de El Salvador