En el marco del cumplimiento de los cuatro
años de gobierno de la gestión Funes-FMLN, las Juventudes Socialdemócratas de
El Salvador realizamos un balance de lo actuado tanto por el presidente Mauricio
Funes como por la cúpula del FMLN, coincidiendo con las preocupaciones de otras
organizaciones e instituciones por el rumbo y el legado de la actual gestión,
pero sobre todo por las expectativas que se tuvieron ante este “gobierno del
cambio”, muchas de las cuales no sólo no se han cumplido, sino que han sido
profundamente contradichas con las acciones y actitudes tomadas por este
gobierno.
En ese sentido nuestro balance capta el
desencanto de la población ante la esperanza y el cambio ofrecidos, así como la
frustración de la ciudadanía que luego de 4 años de gobierno hace más propia
esa sensación de que no importa quién llegue al poder, todos son iguales. Ese es
el peor legado y el lastre social más grave que se puede heredar, pues erosiona
las bases de la confianza y la cohesión social.
A continuación las áreas que nos parecen más
sensibles y que necesitan un cambio de dirección urgente:
1. Transporte público: palabras fuertes,
acciones débiles y permisivas.
La poca capacidad del Ejecutivo
para dar solución a las demandas ciudadanas en cuanto al transporte público de
pasajeros, se encuentra relacionada con la actitud de dejarse presionar y
acceder ante poderes fácticos tal como sucedió en los gobiernos anteriores. En
momentos en los que el Gobierno tuvo que actuar con el poder que le dan las
leyes, se dedicó a amenazar y pelear a través de los medios, pero terminó en la
realidad cediendo a las presiones de los transportistas sin que éstos cumplieran
con un mínimo de los acuerdos que tomaron en las diferentes negociaciones.
No hubo cambio en este
aspecto, nuevamente los intereses de los transportistas públicos privaron sobre
los de la población en general, y el nuevo gobierno se comparto igual que los
anteriores, sumiso, débil y permisivo ante la prepotencia, mal servicio y
maltrato que recibe la población diariamente en las unidades del transporte
colectivo.
2. Tregua entre maras:
falta de transparencia e incertidumbre
Las concesiones hechas a pandilleros
presos como cambiarlos a centros penitenciarios de menor seguridad, los
permisos para salir de los recintos carcerlarios para ofrecer conferencias de
prensa, cultos religiosos, entre otros, se han realizado bajo el más oscuro
secretismo, en el marco de una “estrategia” denominada tregua, en la que a la
vez se niega la participación directa del gobierno, pero que se adjudica sus
buenos resultados cuando los hay.
Si bien es cierto la tregua
entre pandillas ha reducido la tasa de homicidios, no ha logrado contener el
alza de las extorsiones y los desaparecidos, por lo que los ciudadanos que
viven en las colonias infectadas de maras no perciben ningún cambio favorable
para ellos, pues de igual manera continúan siendo controlados, acosados,
extorsionados y violentados por los mareros.
3. Programas de asistencia social:
necesarios pero insostenibles
Los programas sociales que
benefician a los sectores rurales y más pobres del país corren el riesgo de convertirse
en programas clientelistas, siendo utilizados para material para la campaña
electoral, como está sucediendo ya con la campaña del FMLN, y como ya ha
sucedido en otros tiempos.
Estos denominados “programas
sociales” carecen de los componentes de sostenibilidad fiscal, calidad y
universalidad necesarios para sentar las bases de un desarrollo humano equitativo.
Al no ser fiscalmente sostenibles en el tiempo nos introducen en una vorágine
de endeudamiento, pues este gobierno no tuvo la valentía de hacer una reforma
fiscal justa, que recaudara impuestos en sectores sociales que históricamente
han acumulado mayor riqueza.
4. Relación entre Órganos
de Estado: oposición a la independencia judicial y ataque a la
institucionalidad democrática
Los constantes ataques
desde Asamblea Legislativa hacia la
Sala de lo Constitucional liderados por el partido FMLN para
desestabilizar la poca y débil institucionalidad democrática que tenemos, más
los constantes madrugones y decretos exprés que Asamblea Legislativa y CAPRES aplican
para aprobar cuestiones relativas a la reorientación de fondos, adquisición de
más deuda pública y frenos a la ley de acceso a la información pública, han intentado
bloquear una serie de demandas ciudadanas y cambios estructurales, urgentes y necesarios,
que presionan y limitan a los partidos políticos y el Ejecutivo a manejar con
responsabilidad tanto el poder como los recursos públicos.
Por lo tanto,
Invitamos a la ciudadanía a hacer un análisis
crítico del legado de este gobierno y no permitir que en conjunto con algunos partidos
políticos sigan utilizando el aparato estatal anteponiendo sus propios
intereses sobre los intereses nacionales.
Exhortamos a la s universidades, tanques de
pensamiento, organizaciones de la sociedad civil, iglesias, medios de
comunicación y ciudadanía en general ha iniciar debate profundo sobre los temas
fiscal, seguridad, transporte y salud, para dar viabilidad a las
transformaciones que necesita el país, en orden a equilibrar las profundas
desigualdades sociales e incentivar la productividad.
San Salvador, 7 de
Junio de 2013
Juventudes
Socialdemócratas de El Salvador
