Gestión Funes ¿5 años de qué?

Sin duda quien termina su mandato presidencial el próximo sábado 31 de mayo no es la misma persona que conocimos durante la campaña presidencial ni durante su carrera periodística; ése que fue juramentado como primer presidente constitucional de izquierda de El Salvador, quien en su discurso de toma de posesión nos ilusionó, nos hizo creer -a quienes lo apoyamos y votamos por él- que por fin la alternancia traería aires de verdaderos cambios a esta tierra tan necesitada de justicia y de verdad, se diluyó en las más oscuras prácticas del poder.

Si bien el presidente Mauricio Funes comenzó con buen talante su gestión, cerca de segundo año comenzó a mostrar su verdadera personalidad política y se fue desdibujando el otrora joven valiente periodista y aquél candidato que se mostró como luchador social, con la transparencia y la verdad como sus principales armas. La independencia, esa cualidad de no dejarse manipular por los grupos económicos que movían los hilos de los presidentes de ARENA, que mostró el periodista Funes no la tuvo el presidente Mauricio Funes. Al Funes presidente lo transformó el poder como nunca creímos que podría pasar con ese hombre que dijo que gobernaría con la Biblia y con la Constitución, y que postuló como su guía espiritual a Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Funes y su lucha por la verdad y la denuncia de la injusticia se transformaron con su tiempo de ejercicio del poder en un burdo juego de confrontación y descalificación contra su oposición política y económica, y contra todo aquél que le criticase o se le opusiese,  llevándolo a cerrar las puertas del diálogo y el respeto, para abrir de par en par las puertas de intolerancia y la polarización. La habilidad de palabra, la elocuencia y el ego propios del presidente Funes, junto con las provocaciones diarias de sus opositores, hicieron que su programa de radio sabatino se convirtiera en la trinchera para su revanchismo, lejano de cualquier sano ejercicio democrático de comunicación política.

Los logros y avances de los que alardea la gestión Funes y el FMLN contrastan con la manipulación antojadiza que han pretendido hacer con el Estado y sus recursos. Del lado dejaron el respeto a las leyes que juraron cumplir cuando intentaron callar los Magistrados de la Sala de lo Constitucional o cuando arremetieron contra la misma Sala violentando su sede e impusieron un presidente de facto; o cuando mostraban constantemente esa manía delatora de no esclarecer contrataciones, adjudicaciones de licitaciones y gastos en que incurrían con los dineros del pueblo; o cuando intentaron modificar la Ley de Acceso a la Información Pública a su antojo; o en esa negociación oscura del Ejecutivo con las pandillas.

En el área de la salud pública, si bien se eliminaron las cuotas voluntarias en las unidades de salud y hospitales públicos, los siempre marginados y menos protegidos aún no cuentan con servicios de salud de mediana calidad y prontitud. De igual manera la Ley de Medicamentos no ha significado un drástico cambio en los precios de las medicinas, y en El Salvador de 2014 las medicinas continúan siendo inhumanamente caras e inaccesibles para la mayoría de la población.  

Por su parte, los programas sociales se convirtieron en el logro insignia que este gobierno se ha auto agenciado. Sin embargo, el análisis o el debate sobre el impacto real de éstos en la mejora de la calidad de vida de los beneficiarios ha estado ausente, así como el debate relacionado con su financiamiento y sostenibilidad. La gestión Funes implementó unos programas sociales necesarios pero insostenibles en el tiempo, debido al esquema irresponsable de endeudamiento sobre endeudamiento adoptado para llevarlos a cabo.  

La militarización de la seguridad pública fue otra de las bofetadas que dio el presidente Funes a la Democracia, la Constitución y los Acuerdos de Paz. Con el nombramiento de militares a la cabeza del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y de la Policía Nacional Civil, el presidente Funes nos retrocedía 20 años en la historia de nuestra democracia.  Al igual que en anteriores gestiones, en la gestión Funes tampoco hubo un compromiso real por depurar las Fuerzas Armadas y Policía Nacional Civil. Y si bien es cierto que el grave problema de violencia y delincuencia que vive el país no es un problema que parió este gobierno, también es cierto que las estrategias gubernamentales no han dado el fruto esperado y los ciudadanos seguimos pagando con nuestras vidas y nuestro patrimonio la ausencia de políticas públicas de seguridad sostenibles y viables en el tiempo.

El mal manejo de las finanzas públicas y esa manera tan ostentosa de gastar en viajes, viáticos, sobre sueldos, recepciones y carísimos regalos, le ha restado credibilidad a la hora de proponer las reformas tributarias necesarias para una economía estatal más sana, con capacidad de invertir en su población. Una reforma estructural al sistema económico excluyente y acaparador que tenemos arraigado en El Salvador podría significar una posibilidad de garantizar lo básico a todos los ciudadanos, reduciendo así la injusticia social. Sin embargo, la gestión Funes también pasó de largo en esta asignatura y la reforma tributaria que realizó a principio de su mandato fue otra más que tuvimos que cargar a nuestras espaldas las familias trabajadoras y profesionales.

Finalmente, como jóvenes socialdemócratas, que creímos y apoyamos en su inicio la gestión del presidente Funes, luego de su segundo año nos alejamos de su gobierno, al ver que su timón y timonel comenzaron a alejarse de la transparencia, la honestidad, la equidad social y la austeridad, y ser testigos de cómo el supuesto gobierno del cambio fue quedándose anclado en la noche de la más larga prepotencia, corrupción, mentira e injusticia social.


Juventudes Socialdemócratas de El Salvador

Sobre Subastas y Prevalencia de Cargos Públicos

Ante la intención de subastar 6 canales de televisión y la Subasta como único mecanismo establecido para ser concesionario del espacio radioeléctrico nacional, nos pronunciamos:

1. Rechazamos las intenciones de la SIGET de subastar 6 canales de televisión en un momento que desde la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia se discutía con organizaciones sociales y medios de comunicación sobre la democratización del Espacio Radioeléctrico. Contradictoriamente a lo que se había venido trabajando, ahora desde el mismo Ejecutivo, se sacan a concesión bajo el mecanismo de subasta estos 6 canales.

2. El espectro radioeléctrico es propiedad del Estado por tanto es un bien público y no puede ser concesionado de manera excluyente como lo pretende hacer el actual gobierno. Por lo tanto, los mecanismos para acceder a dicho espacio deben cumplir con los principios de democracia y transparencia, y tener como fin principal el bien común.

3- Nos pronunciamos enérgicamente contra la concentración de medios de comunicación en manos de oligopolios, que imponen sus agendas en las líneas editoriales de los medios que controlan. La información es un derecho fundamental, por lo que el Estado salvadoreño debe ser garante que los medios de comunicación estén concesionados de manera equilibrada entre medios públicos, privados y comunitarios.

4- El manejo la información y la formación de opinión no debe estar solamente en medios de comunicación de los grandes oligopolios sino que debe haber también medios alternativos que difundan la información que acontece en las comunidades y sean los ciudadanos quienes también propongan su agenda política para la solución de conflictos.

5- Creemos que la deuda histórica que tiene el país en materia de concesión de canales y estaciones no es con los grupos de poder para que sigan acumulando riqueza y manejando a su antojo la información; la deuda histórica que debe saldarse es con las mayorías, por lo que la descentralización y democratización de y en los medios de comunicación es fundamental y urgente, haciendo que la convocatoria a subasta hecha recientemente sea una afrenta para un sociedad que pide y necesita cambios.

6. Además, las concesiones no deben realizarse en este momento puesto que existen muchas dudas sobre la intención de tal acción,  ya que sólo hace unos pocos días fue nombrado por el presidente Funes el nuevo titular de la SIGET, que con una premura sospechosa sacó a subasta esos 6 canales de televisión,  por lo que consideramos que no es ético que saque a subasta bienes de Estado en el corto período de gestión que le resta. Esa actitud de parte del Ejecutivo sólo genera sospechas y resquemores.

7. Nos unimos al llamado para la Sala de lo Constitucional para que de sentencia sobre el fondo del asunto y urgimos a los Diputados para que inicien el proceso de debate con la sociedad civil y los medios de comunicación, en orden a construir las respectivas reformas a la ley de la SIGET.

8. Finalmente, nos pronunciamos porque los funcionarios públicos dejen de prevalerse de sus cargos públicos para generar y apoyar sus empresas personales y familiares a través de prestanombres. Esa es una práctica antiética y corrupta que de cambio no tiene nada, sino que sólo sugiere las prácticas políticas más antiguas en las élites políticas nacionales, no importando si se dicen de izquierdas o de derechas.

Juventudes Socialdemócratas de El Salvador
San Salvador, 19 de mayo de 2014

3D Es la hora para dialogar

Por Ernesto Godoy
@Neto_GoZal

La participación ciudadana no sólo consiste en la elección de los gobernantes, querer concebir la participación de ésta manera tan simple, sería negarle a la propia ciudadanía el derecho de poder ser factores de cambio dentro de la misma sociedad. Luego de más de 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz, dónde un nuevo horizonte democrático, plural y participativo se vislumbró, no hay que perder de vista que la calidad de la democracia se ve influida por el nivel de participación ciudadana en la vida política, tanto en la toma de decisiones, como en las organizaciones partidistas y sociales. Hoy más que nunca es necesario un sector social fuerte organizado, comprometido, critico y valiente, que asuma la responsabilidad de generar el contrapeso social en los problemas de nación. 

A pesar de la consolidación de los sistemas democráticos en la mayoría de países de América Latina, aun sobreviven prácticas autoritarias, poco trasparentes, despóticas, es decir, una cultura antidemocrática en un sistema democrático. El Salvador no escapa a esta tendencia, poco puede presumir de una cultura democrática, la violencia en todas sus formas de manifestarse ha acaparado el campo no sólo de lo social, sino que, además de lo político. Es por ello que es necesario que existan dentro de la sociedad civil organizaciones consecuentes con el diálogo y comprometidas con los valores democráticos.

Afortunadamente existen organizaciones juveniles con liderazgo, que se han articulado para llevar a cabo un esfuerzo de diálogo y de discusión de temas problemáticos para la sociedad salvadoreña, pero que aún muy pocos, incluso los tomadores de decisiones se atreven a discutir. Las JSD junto con Xpresate, Censura Cero y Global Shapers- Hub San Salvador, con el apoyo de fundaciones y organizaciones amigas están llevando a cabo la iniciativa «3D: Debate, Diálogo & Democracia». Este es un espacio dónde jóvenes comprometidos con la realidad nacional con antecedentes de liderazgo y de distintas ideologías políticas, se sienten a debatir y dialogar, e intercambian valoraciones y experiencias.  3D Se construye bajo una concepción democrática y pluralista, generando un rico intercambio de opiniones, cuyos consensos alcanzados al final de cada jornada se traducen en la alta capacidad que posee la juventud de discutir sobre tópicos relevantes y proponer posibles alternativas de solución.                  

3D es un ejemplo de articulación de esfuerzos, compromisos y solidaridad entre fundaciones y organizaciones que comparten una misma visión, entre ellos La Fundación Friedrich Ebert, Fundación CALI, AGLN, las Asociaciones SVNet y CONEXIÓN, así como iniciativas privadas como Aria Visual Art y Dream Factory Photo Studio. Sin lugar a dudas es un ejemplo a imitar por los funcionarios de gobierno y las dirigencias partidistas.

El mensaje es claro: sin diálogo, poco o nada podremos construir. Nadie es dueño de la verdad, las decisiones de país nunca pueden ser de calidad mientras sean unilaterales, su construcción requiere de otras formas de pensar, el consenso tiene que ser la base de una política gubernamental coherente que este a la altura de las demandas y necesidades de las amplias mayorías.


Puedes participar en el debate a través de las redes sociales con el HT #3DSV y encontrar más información en la página web http://3d.sv/