A un año de la gestión Sánchez Cerén: ¿Continuidad o cambio?

Evaluación del primer año de gobierno (2014/2015)

El presidente Sánchez Cerén destacó en su discurso de toma de posesión que su presidencia la ejercería con honradez, austeridad, transparencia y eficiencia, comprometiéndose a trabajar para alcanzar acuerdos de nación orientados a resolver los principales problemas del país. También se comprometió a trabajar para buscar  el respaldo de  los diferentes sectores de la sociedad en la creación de políticas públicas encaminadas a actuar sobre las prioridades del país, y superar los desafíos que gestiones anteriores no habían logrado resolver, dentro de las cuales subrayó la seguridad, el empleo y la educación.

En cuanto a la situación de inseguridad y violencia asumió el compromiso de ponerse al frente del sistema nacional de seguridad pública, declaración que fue positiva, ya que como cabeza del gobierno es él quien debe tomar el timón para dirigir el rumbo del país, y más aun, en un tema tan sensible como lo es la seguridad pública. Sin embargo, a un año de ese esperanzador discurso es necesario realizar una evaluación sobre la gestión del presidente Sánchez Cerén, en el que destacamos los siguientes puntos:

No se puede negar el tono concertador y de apertura al diálogo -que dista mucho de la arrogancia, censura y constante confrontación a la que nos tenía acostumbrado el ex presidente Funes, eso sin duda es algo positivo de este primer año de gestión.

En materia social, a pesar que se han mantenido los programas sociales del anterior gobierno, éstos aún dependen de préstamos internacionales, generando así un círculo vicioso, en el que permea cada vez más una cultura de dependencia en buena parte de la población que los recibe, sin lograr el desarrollo integral de la persona ni estimular su capacidad de emprendimiento.

En materia de salud si bien se inauguró el nuevo hospital de maternidad y existen algunos esfuerzos aislados, aún no son suficientes para transformar el sistema de salud, que hoy por hoy sigue siendo inoperante e ineficiente. Sumándose a ello, el actual descontento y demandas de los sindicatos de trabajadores del sector salud.

En materia de seguridad, más allá de la enérgica retórica del presidente Cerén en decir que no daría continuidad a la tregua con las pandillas, la situación de violencia se encuentra francamente desbordada. Iniciativas como la creación Consejo de Seguridad y Convivencia, la creación de la Policía Comunitaria y la aún mayor militarización de la seguridad pública no han tenido el impacto esperado por la población, dado que no se ha logrado reducir los altos índices de criminalidad y violencia que vivimos.

En este tema, la principal responsabilidad es del gobierno central de turno, por lo que lamentamos profundamente el silencio y la desaparición del presidente Sánchez Cerén en los días en que la violencia e inseguridad daba sus mayores alzas, sobre todo porque él se comprometió a ponerse al frente para combatir la violencia e inseguridad. Consideramos que el tratamiento de del fenómeno delincuencial, es la gran asignatura pendiente de esta gestión.

En materia económica, si bien son positivos los esfuerzos que se han llevado a cabo desde la Vicepresidencia de la república, aún es preocupante el elevado costo de la vida, de la canasta básica y el desempleo, que afecta principalmente a los más jóvenes. El país continúa dependiendo de las remesas y con un alto ritmo de crecimiento de la deuda externa, sin perspectivas reales de un crecimiento económico sostenido.

En el tema de la institucionalidad democrática, vemos con preocupación las declaraciones del presidente Sánchez Cerén sobre algunas resoluciones emitidas por la Sala de lo Constitucional; ya que creemos que la embestidura de presidente de la república demanda un fiel compromiso con la democracia, con el respeto a la separación de poderes y con el Estado Constitucional de Derecho. Si bien el presidente Cerén tiene todo el derecho a no estar de acuerdo con las resoluciones de la Sala, también es cierto que debe someterse a ellas y no debe emprender acciones para intentar controlar una institución que debe ser independiente.

Somos conscientes que en un año es difícil generar grandes cambios y sobre todo cambios que impacten en los problemas históricos como la pobreza, la injusticia social y la desigualdad; pero si creemos, que en un año es posible dar muestras claras de hacia dónde se dirige el rumbo del país, cosa que la población aún sigue sin percibir y eso al genera mucha incertidumbre. Pero también estamos claros que éste no es sólo el primer año de gobierno del presidente Cerén, sino el sexto del FMLN.

Finalmente, vemos un horizonte poco alentador, ya que como jóvenes aún no vemos una dirección clara y mucho menos una agenda de país direccionada a brindar un serio tratamiento a grandes desafíos de nación como las pensiones, el crecimiento de la deuda externa, la reforma fiscal, entre otros. Por lo que demandamos al gobierno del presidente Cerén tener el suficiente talante, talento, inteligencia, pero sobretodo compromiso para tomar las mejores decisiones para el país, despojándose de intereses particulares que obedecen a poderes fácticos.

Sin lugar a dudas el diálogo y la inclusión multisectorial son los elementos fundamentales que generan legitimidad a los acuerdos nacionales, por tanto mantenerlos y fomentarlos debería ser la brújula para este gobierno durante el resto de su gestión. Desde luego que no sólo debe quedarse en un simple diálogo, sino que debe de ir más allá y transformarse en acciones concretas – las cuales se traduzcan en políticas públicas y programas con resultados concretos- que impacten positivamente la vida de la población salvadoreña y generen cambios estructurales, capaces de cimentar las bases para que las futuras generaciones gocen de un El Salvador distinto al que tenemos.

Juventudes Socialdemócratas de El Salvador
San Salvador, 31 de mayo de 2015